lunes, 12 de diciembre de 2016

Imprescindibles para tu coche en el Apocalipsis Zombie (Parte 3)



Vamos con la tercera parte de nuestra guía de supervivencia en caso de Apocalipsis, no estamos llamando en ningún caso al desastre biológico, lo hacemos por si acaso para estar preparados, realmente hay una pequeña parte de nosotros que nos gustaría aunque fuese simplemente como aventura. 

Después de leer las dos primeras partes (Parte 1, Parte 2,) nos disponemos a buscar nuestro vehículo para esta ardua tarea, llevarnos sanos y salvos del punto A al punto B.

Recuperamos nuestra ficción allí donde la dejamos, buscando el vehículo que nos servirá como base. Estamos en casa haciendo un mapa en un papel de donde están los concesionarios en los que podremos acceder a nuestros coches, es importante fijar el orden de proximidad gracias a nuestra astucia y conocimiento del mercado. También será importante saber en qué concesionarios será más fácil que tengan el modelo que buscamos, por poner un ejemplo absurdo, buscas un Koenigsegg -estás en tu derecho, que te quiten lo bailao- pero siendo lógicos en toda la península hay o muy pocos o ninguno. ¿Vale la pena dar vueltas buscando algo que no encontrarás? NO.

El que tenemos más cerca de casa es el de Jeep, desde que Fiat comprase la marca americana y fundasen juntos FCA, los concesionarios donde podemos comprar nuestro Wrangler se han multiplicado. El siguiente es Mercedes-Benz que gracias a su dilatada experiencia en el sector, todo y no ser coche para el obrero medio, su servicio técnico y atención son ejemplares, así como sus muchos puntos de venta y reparación. El tercero es Land Rover, desde que los señores de Tata se hicieron los servicios de los británicos están más y mejor, menos que los dos anteriores pero es que en nuestra lista es la única marca que nos da dos posibles opciones, los veteranos Defender y Discovery. En el caso de Toyota lo dejaremos como plan B ya que es el quinto en nuestra lista y al estar más lejos deberemos hacerlo de otra forma.

Salimos de casa con una caja de herramientas básicas, no queremos ir muy cargados para correr libremente y en caso de emergencia poder soltarlas fácilmente. Destornilladores, cutter, martillo, alicates y bridas serán nuestra preferencia, si queréis llevar algo más, improvisad pero con esto tenemos mucho adelantado. Nos encontramos un panorama desolador, gente corriendo como pollo sin cabeza, otros a los que literalmente les falta parte de ella, gritos, fuego y caos.

Dos esquinas hacia el este nos encontramos el concesionario de Jeep, de él vemos salir en tropel una manada de Renegade de todos los colores posibles, el pequeño SUV urbano se vende como churros , es pequeño, divertido y tiene ese look todoterreno que marca el carisma de una marca que se ha dedicado única y exclusivamente a la salidas de campo. Como en la tienda podrían haber decenas de unidades en stock, los amigos del pillaje han arrasado las existencias. Nos asomamos para ver que es lo queda y lo único que vemos es dos señores pelándose a puñetazo limpio por las llaves de un Grand Cherokee edición 75 aniversario en color negro con detalles en dorado mate que Jeep ha customizado para celebrar su cumpleaños, una edición muy pintona. Aquí no hay nada que hacer ni rastro del Wrangler Unlimited, una lástima.


El siguiente en nuestro recorrido es Mercedes-Benz, desde lejos ya podemos ver que el concesionario ha sido víctima del descontrol que reina la ciudad. Graffittis por las paredes, cristales del exterior rotos por el suelo y pequeños incendios le dan un aspecto de lo más dantesco. Dentro podemos ver que aún están algunos comerciales pero en versión zombie por como se mueven de lentos y el color cerúleo de su piel, espera que me confundo están vivos. He debido confundirme porque los asesores de Mercedes son así aunque estuvieran vivos.

Los empleados intentan proteger los coches del pillaje, nos asomamos a fondo y no podemos ver nuestro objetivo el Klasse G, al parecer o los han escondido o alguien se nos ha adelantado. El resto de vehículos no nos sirven, ninguno es tan robusto para nuestro cometido y menos aún los motores 1.5 de origen Renault que de milagro llegan a la centena de cavallos. Así que de nuevo nos toca improvisar, correr y pensar sobre la marcha en dirección a nuestro nuevo emplazamiento.

Cruzamos las calles esquivando altercados, accidentes de tráfico en los semáforos que emiten solamente la luz ámbar de forma intermitente en los cruces y estaba claro lo que sucedería, en nuestro país que somos campeones olímpicos en acelerar a fondo cuando llegamos a un disco ámbar solo hacía falta que dos coches coincidieran en el espacio/tiempo para provocar un accidente y la consecuente discusión. Como nosotros no tenemos nada que ver, seguimos nuestro camino, no queremos más sorpresas sin estar preparados.

Nuestro concesionario Jaguar-Land Rover está prácticamente desierto por fuera al estar un poco más alejado del bullicio de la ciudad y de los polígonos industriales. Este emplazamiento le hace pasar desapercibido, en los polígonos se han dedicado a saquear las fábricas y en la ciudad reina la violencia. Vemos dos personas más dentro, han roto la puerta de entrada y ya está abierta la verja grande del taller, parece que están dispuestos a llevarse algún premio que se han autoagenciado. De repente salta del montaje de exhibición todoterreno que poseen fuera muchos concesionarios de la marca un Defender corto de color plateado con el techo negro, el hombre que hurgaba por dentro de uno de los despachos deja caer una caja fuerte y se esparcen las llaves por los suelos, corre hacia afuera y se monta en el Defender para salir ambos rechinando puertas afuera.

Nos abalanzamos sobre las llaves en busca de algo que valga la pena, llevamos más de cuatro horas de búsqueda fuera de casa y es imposible que tengamos una oportunidad mejor. Entre el manojo de llaves buscamos unidades que ya estén matriculadas y sean seminuevos, de esta forma sabemos que es un coche que ya tiene hecha todas las modificaciones necesarias para poder llevárselo en marcha, -los coches que vienen de fábrica vienen con un sistema de prevención con la velocidad limitada y sin activación de muchos servicios- también necesitamos que esté matriculado, parece una tontería pero no lo es. Cuando nos toque pasar controles fronterizos y de policía siempre levantará menos sospecha un coche con placas en regla que sin ellas. También descartaremos los coches que estén en el taller, ya que por sentido común, están ahí para arreglar algo y no podemos arriesgarnos.

¡Bingo! Encuentro las llaves de un Land Rover Discovery 3, corremos hacia la zona de los vehículos de gerencia y vamos apretando el botón de apertura para que nos indique y no perdamos tiempo. Encontramos nuestro coche y rezamos para que encienda a golpe de llave y así lo hace, con apenas 10.000 kms tenemos montura para rato. El camino hasta la calle está despejado, dos acelerones y estamos fuera.

¡¡¡YA TENEMOS COCHE!!!



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