Siguiendo los argumentos que nos hicieron escribir sobre la influencia de los videojuegos en la automoción, ahora vamos a repasar el del séptimo arte: el cine. Los que me leéis ya sabéis que el celuloide es una de mis pasiones confesables y me fijo mucho en las películas que usan coches como coprotagonistas, aunque he de confesar que también he visto las películas de Cars de Pixar donde ellos son los actores principales -nadie es perfecto-.
Siempre que puedo y tengo la posibilidad me gusta comprobar como ha moldeado los gustos el ver un coche o vehículo en general en la gran pantalla. ¿O es al revés?
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¿Los coches que aparecen en el cine son por ser carismáticos o se convierten después?
Esta es la pregunta del millón. Por una parte sabemos que hay películas de culto que se han aprovechado de lo emblemático del coche para aumentar su leyenda, véase Vanishing Point por ejemplo (de ésta haré una entrada de BLOCKBUSTER) que como road movie marcó un antes y un después en el género. Podríamos enumerar muchas más que gracias al celuloide y al atractivo de potentes motores, la velocidad y la libertad que nos ofrecen hacen que los guiones se escriban solos, también condicionados a ello no todos los directores saben sacar provecho al cien por cien porque no decirlo.
No hace falta buscar películas 40 años atrás ya que han convivido muy bien en los últimos años en auténticos éxitos de taquilla usándolos como hilo principal de la trama, Gone in 60 seconds por ejemplo, tanto la clásica como la moderna -¿quién no conoce a Eleanor a estas alturas?-, también tendrá su entrada específica no os preocupéis. En este caso los protagonistas están muy ligados al sentido más emocional de nuestros compañeros de cuatro ruedas porque al final nos unimos a ellos como si de familia se tratasen.
Los fabricantes saben del tirón que puede ejercer sobre un modelo o marca el salir en una película y formar parte de su promoción. Solo hay que ver a Audi en la saga Iron Man, General Motors en Transformer, Cadillac en Matrix, Ford Mustang en Need for Speed, Aston Martin con James Bond, con James Bond cuando lo interpretaba Pierce Brosnan también estuvo BMW donde promocionar el exitoso Z3, así podría seguir años... es una potente arma de promoción sin recurrir al "infocomercial" ya que en mi opinión es más efectivo.
Luego tenemos el lado opuesto, donde los coches por emblemáticos salen solos para acompañar ese personaje que tenemos que definir de una forma concreta. Si soy guionista usaré un Rolls Royce Phantom para un hombre de negocios de éxito sentado en la parte trasera, un Mini Cooper Cabrio para una universitaria de barrio bien, un Range Rover para un padre de familia en una posición social cómoda, un rapero en un Cadillac Escalade, GMC Yukon negro para un agente del FBI o un Ferrari rojo para un triunfador soltero.
Esa imagen nuestro cerebro la asocia al deseo que tenemos por conducir esos coches en el que caso de que nuestra vida fuese la de esos personajes. Aquí las marcas están pendientes en sus departamentos de marketing para colaborar, pero también para que vamos a engañarnos, el resto que quedan fuera del estereotipo lo tienen complicado para entrar, un agente del FBI con un Chevrolet Volt no pega por muy ecológico que sea, una universitaria con un RAM 1500 con neumáticos off road o un triunfador soltero con un Ssanyong Rodius...
El guión lo facilita esa imagen que proyectamos al exterior con nuestro coche, salvando las distancias es como en la vida real, así que universitaria que nos lees, quítate esa idea de la gran pick up RAM que si bien es espectacular ligarás menos con ella
Sé que me dejo muchísimas referencias y películas, pero he preferido tratarlo como una reflexión más que para un listado, una idea sobre la que cada uno saque sus propias conclusiones que naturalmente estáis invitados a compartir en los comentarios.
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