miércoles, 16 de noviembre de 2016

Ford, el principio de todo


En un blog de coches modernos no se puede olvidar que Ford ha sido y será el fabricante que llevó el mundo del automóvil al trabajador de clase media. Puestos que como hemos dicho anteriormente el objetivo de mis entradas más que informar es entretener y dar una visión diferente a lo que podemos leer en Wikipedia o en uno de los muchísimos documentales que hay sobre la vida y logros del señor Henry Ford, vamos a centrarnos en cómo consiguió una compañía de coches mover el mundo en aquellos carruajes motorizados.

Desde el inicio de la industria y producción en cadena el propósito era claro, conseguir abaratar costes mediante una producción eficiente y un volumen mayor, que si bien el beneficio de la compañía no era muy grande por unidad vendida, sí lo era por la alta capacidad productiva.

En otras palabras, generas volumen con un coste más bajo y menos beneficio pero vendes mucho más.

Como no quiero aburrir con más datos vamos a desvelar curiosidades de los inicios del automóvil en gran masa, muy afines a Ford lógicamente.

El embalaje de madera donde se transportaban las piezas de los Ford T eran parte del suelo del coche, era una forma de aprovechar al máximo todos sus componentes.

En argentina se le conocía por "Ford Bigotes".

Los trabajadores de Ford creían que su jefe era un tirano y un loco (qué raro es eso... ) porque tenía ideas absurdas y creían que no sabía nada de la industria. 

Se ideó el coche con ruedas estrechas y carrocería alta para poder circular por los caminos de tierra y piedras de Estados Unidos.

Hubo un momento que el 55% de los coches que circulaban por el mundo eran Ford Modelo T, un hito en la industria.

La potencia de aquel motor era de escasamente 20 hp, algo ridículo hoy en día pero suficiente en la época en la que lo más común eran los carruajes de caballos.

La velocidad máxima era de 71 km/h, pero sinceramente, hay que ser muy valiente para circular con este vehículo a esa velocidad entre carros de caballos y en las carreteras que habían en ese momento.

En pocos años debieron abandonar la fábrica donde se inició la producción para atender el volumen de pedidos que llegaban sin parar a una con más capacidad de producción.

El resto del mundo no estaba ajeno a aquel auge, pero las compañías europeas y del resto del globo aún seguían fabricando para élites que sí podían costearse un desembolso muy importante por un automóvil.

Unos años más tarde todos los fabricantes imitarían el tipo de negocio que había iniciado Henry Ford, cada uno aplicando su cultura y forma de trabajar para comerse una parte del pastel.

Ahora no podemos negar que la industria automotriz le debe mucha parte de su expansión a las ideas de un visionario que hace un siglo plantó las bases de lo que conocemos hoy.

Pero uno de los grandes atractivos que posee la automoción es que es un sector que evoluciona a pasos agigantados, nos queda mucho por ver aún, estoy seguro.  

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